La concordia de 1978
La Constitución aprobada por las Cortes el 31 de octubre de 1978 y ratificada por el pueblo en referéndum el 6 de diciembre.
La constitución en su titulo preliminar nos dice:
Artículo 1.
La Soberanía reside en el pueblo.
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los
poderes del estado.
3. La forma de política del Estado español es la Monarquía parlamentaría.
Artículo 2.
Unidad de la Nación y derecho a la autonomía.
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Artículo 3.
El castellano y las demás lenguas españolas.
1. El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
Artículo 4.
La bandera de España y las de las Comunidades Autonómicas.
1. la bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
2. Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.
Los políticos han traicionado la concordia social del año 1978, un acuerdo donde no hubo vencedores ni vencidos, dejando a un lado el pasado para vivir el presente y crear el futuro. Los políticos de hoy han permitido a grupos independentistas en Cataluña y la Vascongadas, partidos políticos que gobiernan y aplican en todos los campos una política de agresión y depuración de todo lo que es español y castellano.
Hemos criado cuervos y estos le están sacando los ojos a la constitución de todos, una constitución respetuosa que nos han legado nuestros abuelos y padres, la misma que les ha permitido existir y fomentar el desarrollo de las comunidades autónomas. Ellos han alcanzando metas que años atrás solo eran sueños.
Y a esos políticos gobernantes, que hablan de que sus abuelos lucharon al lado de la Republica, les digo que fueron muchos los que sirvieron a la Republica Española, entre ellos mis dos abuelos.
Si todos aquellos que derramaron su sangre fuera del bando que fuese, porque en resumen y con mucho respeto, estamos hablando de sangre española, si viesen la España de hoy y de como los nuevos socialistas evocando el pasado la esta conduciendo, se sentirían traicionados.
En una Exposición organizada por la Biblioteca Valenciana en la Sala Capitular del Monasterio de San Miguel de los Reyes entre el 21 de octubre del 2006 al 15 de enero del 2007 sobre Nicolau Primitiu y la Guerra Civil, tuve la oportunidad de leer una Declaración de Principios emitido por el Gobierno de la Republica Española, siendo Presidente del Gobierno de Unión Nacional el Doctor Juan Negrín y editado por el Comisariado del Grupo de Ejércitos de la Zona Central.
De ellos he extraído cuatro apartados, de los cuales algunos de ellos no han cambiado nada en su fondo con la constitución española de 1.978.
Principio I.
Asegurar la independencia absoluta y la integridad total de España. Una España totalmente libre de toda injerencia extranjera, sea cual sea su carácter y origen; con su territorio peninsular e insular y sus posesiones intactas y a salvo de cualquier tentativa de desmembración, enajenación o hipoteca, conservando las zonas del Protectorado asignada a España por los convenios internacionales, mientras estos convenios no sean modificados con su intervención y asentamiento. Consciente de los deberes anejos a su tradición y a su historia, España estrechará con los demás países los vínculos que imponen una común raíz del sentido de universidad que siempre ha caracterizado a nuestro pueblo.
Principio V.
Respeto de las libertades regionales, sin menoscabo de la unidad española; protección y fomento del desarrollo de la personalidad y particularidad de los distintos pueblos que integran España, como la imponen un derecho y un hecho histórico, que lejos de significar una disgregación de la nación, constituyen la mejor soldadura entre los elementos que la integran.
Principio X.
Será preocupación primordial y básica del Estado el mejoramiento cultural, físico y moral de la raza.
Principio XI.
El Ejército español, al servicio de la nación misma, estará libre de toda hegemonía, dependencia o partido, y el pueblo ha de ver en el él instrumento seguro para la defensa de sus libertades y de su independencia.