Algunas falsedades sobre la inmigración
Los flujos migratorios han existido y existirán siempre, el problema social surge cuando los políticos en general y el gobierno de turno no son capaces de crear y aplicar medidas racionales que conduzcan a un proporcionado orden de convivencia y explotación de los recursos.
Si no hay un mecanismo de control que regule, incluso con medidas correctoras por muy impopulares que sean, estaremos ante las nuevas plagas del siglo XXI.
Un desequilibrio en la población podría generar graves situaciones en la sociedad real, en el ciudadano de la calle. Ámbitos tan importantes como la salud, seguridad y el laboral se verían muy afectados.
La política de inmigración ha sido un fracaso de todos los gobiernos y muy en concreto de aquellos que son o dicen ser de izquierda. Es decir, han actuado y han participado en un juego como el de la patata caliente, un globo que se hincha continuamente, y que se pasa de mano a mano, hasta que revienta. Pero cuando esto ocurre, no salpica solo a unos sino a todos.
Es cierto que España fue un país de emigrantes, pero nada tiene que ver con el desmadre de estos años y lo que estamos viviendo. Los hombres y mujeres que dejaron nuestras tierras, pasaron la frontera con pasaporte y contrato de trabajo. No se fueron a delinquir, ni se llevaron sus mujeres a prostituirse, fueron a trabajar y muy duro.
Yo creo, y estoy convencido que todo español de bien, no tiene inconveniente en que personas de otros países trabajen y se integren en nuestra sociedad. Las personas de bien no necesitan ser de un color o pertenecer a una religión determinada. Ahora bien, las cosas se deben hacer bien, los problemas que han surgido como respuesta de rechazo por una gran parte de la sociedad nacional, y los que se irán creando, no son culpa del ciudadano. Son las consecuencias que se deriven de una mala política hecha por nuestros dirigentes. Es más, los vamos a trasladar y dejar como herencia, a las próximas generaciones.
Los gobiernos han fallado, primero no supieron hacer una verdadera política de natalidad en los años ochenta, lo cual hubiera tenido como resultado una población más joven y numerosa. Quizás hoy las lumbreras de nuestros políticos hubieran estados más iluminados y podrían haber aplicado otras medidas lógicas y sensatas no solo para la entrada descontrolada de inmigrantes, sino también a la invasión por la fuerza de nuestras fronteras.
No contentos con su ineptitud, tampoco han sabido poner en práctica los mecanismos necesarios para garantizar o permitir al menos identificar y controlar la entrada de todo individuo.
Hemos diferenciado a tres grupos de inmigrantes los cuales hemos clasificado de la siguiente manera.
Grupo A
– Personal identificado y solicitado para cubrir las distintas necesidades laborales de nuestra sociedad. Con contrato de trabajo, tramitado mediante acuerdos entre organismos de distintos gobiernos. Estableciéndose un cupo anual para cubrir las necesidades de cada sector. Mismos derechos y mismas obligaciones.
Grupo B
– Individuos no identificados e identificados que no trabajan y subsisten de ayudas. Personas que por ley de vida, aunque no trabajan tienen que comer, por lo que la mayoría pasará a formar parte del tercer grupo. Mismos derechos y diferentes o nulas obligaciones.
Grupo C
– Elementos indeseables. Mafias perfectamente localizadas
Que medios debían de imponer los gobiernos para que todo hombre y mujer no natural se le permita la entrada y permanencia en nuestro territorio:
1º Certificado de antecedentes Penales.
Seria el primer requisito necesario para poder entrar en nuestro país. Esta claro que esta documentación podría ser falsa. Pero al menos el gobierno de turno pondría trabas y filtros a la entrada de personal “no deseado”.
2º Reconocimiento médico.
El estado pondría los medios necesarios para llevar a cabo un control sanitario.
Todo personal con problemas de salud o con deficiencias físicas, no se le permitiría la entrada. ( Salvo ayuda o acuerdos humanitarios)
3º Contrato de trabajo.
Como ya hemos indicado, y tras pasar todas las medidas anteriores, se garantizaría su condición como ciudadano residente de pleno derecho. El no cumplimiento de algunos de estos puntos, bastaría para no permitir la entrada al país.
No creo que para un gobierno sea cual sea su signo político, le resulte difícil imponer medidas preventivas de este tipo. No estamos solo ante una cuestión de ámbito laboral, sino también de seguridad nacional y salubridad.
Estas medidas correctoras y elementales quizás hubieran sido suficientes para evitar hechos como los ocurridos el 11 de marzo.
Se nos presento como coartada, la falta de mano de obra para garantizar nuestra forma de vida, lo cual considero uno de los grandes enigmas. Como puede haber 1.990.000 de desempleados, de los cuales alrededor de 400.000 personas, son inmigrantes.
Porque si hacia falta mano de obra para trabajar, porque vienen a crean empresas con su propio personal, reciben ayudas del estado y presentan una competencia sin límites con sectores como el textil, juguetería, calzado, hostelero, entre muchos otros, mostrando una capacidad destructiva, siendo muy significativo el avance asiático.
Como puede ser que en las calles de grandes ciudades y tomamos como ejemplo Valencia, a distintas horas del día, individuos o grupos de inmigrantes deambulan sin trabajo. Porque las casas de caridad no dan abasto y cada vez vemos más gente joven rebuscando en los contenedores de basura, porque los periódicos sea de la tendencia política que sea, cada día nos informan de la detención y estragos de bandas violentas del este por un lado, y por otro de las sudamericanas. ¿Porque se les aplica en delitos inferiores a 6 años la posibilidad de expulsión sin cumplir la ley? Son tantos los hechos delictivos que sufre la población civil que es imposible detallar. Esta es la realidad del día a día, no la fantasía gestionada por políticos, organismos públicos, entidades privadas y ciudadanos traumatizados con la historia de hace 60 años.
Y ahora en los tiempos que vivimos, la palabra “racismo” se ha convertido en un escudo defensivo y a su vez en una arma arrojadiza que utilizan personas de otros países a lo hora de tener que cumplir con las mismas obligaciones que cualquier ciudadano. También se debe tener claro que en primer lugar son ellos los que tienen que adaptarse al país que llegan, no nosotros a ellos, siendo esto más visible con la comunidad mulsuman.
Eso si, también tienen los mismos derechos, e incluso hay más ayudas y ventajas, no solo desde el gobierno o autoridades locales, hospitales, sino también desde empresas por ejemplo como Telefonía, Bancos o Cajas de Ahorros, en sus estrategias para captar clientes.
Toda persona sin distinción tienen los mismos derechos que otros ciudadanos, derecho a una vivienda digna, por supuesto, yo también la tengo, por ello con 27 años y para poder comprar una vivienda de 85 m2 al 17% de interés en el año 1.992, tuve que escoger no el mejor ni el piso más grande, sino aquel que podría pagar con mi sueldo y el de mi compañera. Primero fue la vivienda y después el coche, un Ford Fiesta 1.3. Además, de mi trabajo semanal tenia que trabajar los fines de semana.
A pesar de ello, hoy en el 2.006, tengo todavía tengo el mismo vehiculo y resido en la misma vivienda. Seguramente os preguntareis a que se debe esta historia y que a nadie interesa, ni importa.Pues porque es una referencia no solo mía, sino de muchas otras familias trabajadoras, que a base de trabajo y mucho esfuerzo tenemos lo que tenemos, sea mucho, sea poco. Ciudadanos de la calle, gente corriente, que representan la realidad de la sociedad, en resumen de la vida misma.
¿Y donde quiero llegar a parar?, pues que no se puede llegar aquí y pretender en un año, dos o tres tener lo mismo que nosotros, tiene que haber diferencias, y esto lo tienen que tener claro no solo los inmigrantes, sino también ciertos sectores de nuestra sociedad. Los cuales deben comprender que todo necesita un tiempo, y desde luego no se favorece nada, si se sigue permitiendo una entrada masiva de inmigrantes.
¿Que tienen el mismo derecho?, naturalmente, no estoy en contra, pero también las mismas obligaciones.
Hagamos la comparativa de un país que es una casa grande, con una familia y su casa, se puede permitir una, dos, tres, cuatro personas más en la casa, pero llega un momento que la situación es imposible y hay que cerrar las puertas.
Y como no, la visión de futuro de nuestros gobernantes es corta, a si nos va. Siempre se ha dicho que España ha estado con 20 años de retraso con otros países, tomamos como ejemplo por su cercanía Francia y Alemania.
Porque no aprendemos de las experiencias y reacciones humanas de estos países, quizás evitemos que las nuevas generaciones de hijos de inmigrantes nacidos en territorio español no creen situaciones como lo habido en París.
Si tomamos como ejemplo Estados Unidos, en este país existe una formación y juramento a la constitución antes de ser ciudadanos norteamericanos, aquí en nuestro país lo más cerca que tenían los ciudadanos a demás de sus propios sentimientos, era la jura de bandera.
Pero los partidos políticos se la han cargado, una forma de ir desalojando vínculos y lazos de unión hacia su patria. Hecho que no ocurre en los focos independentistas de Cataluña y las Vascongadas.
Son africanos, son asiáticos, son americanos, nosotros europeos. Ellos son de color, nosotros también. Todos tenemos derechos y obligaciones.