CAMINO A COVADONGA. Julio 2012/II

26 julio, 2012 at 19:40

    Como resumen de este viaje «De Granada a Covadonga»  diré que la marcha fue planificada por etapas y se desarrollo de la siguiente manera, como fecha señalada para su inicio fue elegido el 2 de mayo por ser el día de la independencia española, siendo el punto de partida la ciudad de Granada, reino Nazarí y ultima plaza reconquistada por los Reyes Católicos a los musulmanes, haciendo noche en el cortijo de Poloria  del municipio de Iznalloz antes de abandonar la provincia de Granada. Una vez en tierras de Jaén  pasaría noche en La Cerradura,  atravesaría la ciudad de Jaén  para llegar  y hacer noche en  Las Infantas. Prosiguiendo el   camino por Sierra Morena llegaría  a  la ciudad de Bailen (noche)lugar en el cual fue derrotado por primera vez el ejercito imperial francés del hasta entonces invicto Napoleón Bonaparte.

    También y coincidiendo con el VIII Centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212-2012) victoria conseguida a los Almohades de Al Nasir «Miramamolín», pasaría por los pueblos de La Carolina (noche), Navas de Tolosa, Santa Elena entre otros y tras cruzar por el paso natural o desfiladero de Despeñaperros entraria en la provincia de Ciudad Real por Venta de Cárdenas para hacer noche en Almuradiel .

   He de resaltar que  la vista panorámica  del Paso de Despeñaperros desde Santa Elena y en primavera, fue un momento cargado de emociones y el poder cruzarlo me permitió tener vía libre hacia la ciudad de las tres culturas, Toledo, villa de donde partió hacia la victoria  la Alianza cristiana al mando de Alfonso VIII «El Batallador» rey de Castilla y compuesta por Pedro II «El Católico», rey de Aragon, Sancho VII » El Fuerte», rey de Navarra, el Arzobispo de Toledo D. Rodrigo Jiménez de Rada ,  D.Diego López de Haro, señor de Vizcaya y que gracias a la ayuda de un  pastor llamado Martín Halaja que  mostro  el camino a seguir,  se pudo  o al menos se tuvo la oportunidad de poder lograr la victoria en  las Navas de Tolosa.

 

    Antes de llegar a Toledo, marcho por las calles de Valdepeñas, Puerto Làpice, Madridejos  y Nambroca en donde hago noche. Tras visitar la ciudad imperial  de Carlos I de España y V de Alemania bañada por el río Tajo y superar un conflicto interno donde me cuestiono el seguir o volver a casa, parto camino hacia Ávila haciendo noche en  la gasolinera de Rielves.

   Torrijos, Val de Santo Domingo, Maqueda y Escalona son algunos de los pueblos o ciudades que encuentro a mi paso antes de hacer noche en Almorox. Tras disfrutar del Pinar de Almorox dejo atrás su sombra para seguir dirección a San Martín de Valdeiglesias, municipio este perteneciente a la Comunidad de Madrid.

   Prosigo el viaje dejando a mi izquierda el pueblo del Tiemblo antes de atravesar el pantano del Burguillo en el que hago noche, para llegar al día siguiente a la localidad del Barraco, punto donde me aprovisiono en inicio la subida del Puerto de montaña de la Paramera, una vez superado, dejo atras la Sierra de Gredos no sin antes haberme refrescado y recuperado en la fuente que hay en  la ermita de San Cristobal, para llegar más tarde y hacer noche cerca del río adaja en la ciudad amurallada de los leales, Ávila.  En esta ciudad ya soy plenamente consciente de que puedo hacer realidad mi objetivo, Covadonga y en ese momento clave dejo a un lado la expresión coloquial   «vendo de» para decir «voy a».

   Tras pasear y contemplar esa maravilla de arquitectura militar del románico español salgo dirección a Valladolid. Paso cerca del embalse de las Cogotas,  cruzo Mingorría, Santo Domingo de las Posadas y llego a Pajares de Adaja donde hago noche. Al día siguiente dejo la provincia de Ávila para entrar en la campiña segoviana por la villa de Martín Muñoz de las Posadas, para más tarde hacer noche en el municipio vallisoletano de Olmedo.

 

   El  nuevo día nos trae un cielo encapotado y como anécdota he de comentar que  tras soportar  durante varios kilómetros una lluvia intensa, me veo obligado a realizar una parada  en el primer  lugar posible o seguro que encuentro  y este fue el campo de fútbol de la localidad de Mojados, curioso nombre ¿verdad?.  Tras recibir y sentir el calor humano de las personas que me atienden en este centro deportivo, me emociono y con el cese de la lluvia continuo la marcha haciendo noche en Boecillo antes de alcanzar la ciudad de Valladolid.

   Cruzo la capital y gracias a las indicaciones de algunos amables ciudadanos, descubro una nueva ruta para seguir mi camino por el Canal de Castilla hacia Tierra de Campos,  haciendo noche en la localidad de Dueñas.  Al día siguiente prosigo por el canal hasta llegar a  Palencia,  bella y desconocida  ciudad que tengo la oportunidad de visitar por primera vez.  Entre otras maravillas  que aquí se encuentran esta  la Iglesia de San Miguel donde según la leyenda se casaron Don Rodrigo Díaz de Vivar  el Cid Campeador con Doña Jimena. También comentar que el escudo de la ciudad tiene en el 1º  y 4º cuartel  la «Cruz de la Victoria» otorgada esta por el rey de Castilla Alfonso VIII  por el valor demostrado de los palentinos en  la Batalla de las Navas de Tolosa.

   Tras pasar la noche en una E.S en el termino de Grijota sigo hacia Perales, Villoldo para llegar a Carrion de los Condes en donde confraternizo y hago noche con peregrinos que hacen el Camino de Santiago.  A la mañana siguiente parto hacia mi nueva etapa, busco el cruce de Saldaña y este coincide con el de Sahagún, miro hacia atrás y veo  hileras de mochilas  discontinuas que prosiguen su camino hacia  su meta, Santiago de Compostela , entonces  una mujer de otro país me señala con la mano la dirección  a seguir  y yo le contesto  que gracias,  pero que voy  a Covadonga, miro a mi  alrededor y vuelvo a estar solo .

   Marchando por la carretera y estando cerca de Saldaña encuentro un placa que señala a 500 metros  la ubicación de la villa romana de «La Olmeda» en  esa placa se representa un mosaico de la época con los colores de nuestra bandera nacional, casualidades de la vida. Al  alcanzar la localidad busco una fuente y allí  me preguntan si me he equivocado de dirección, me confunden con un peregrino del Camino de Santiago y les digo que no, que voy  a Covadonga. Hago un alto en  el Parque Público de «Javier Cortes» a orilla del rió Carrion donde descanso y me abastezco de aguaReanudo la marcha para seguir mas adelante y hacer noche en la parada de autobuses que hay en el cruce sentido hacia Celadilla del Río. Desde mi posición disfruto del anochecer y de las vistas que me brindan  el paisaje de la montaña Palentina.

   Otro noche más y comienza un nuevo día que me acerca un poco más a Covadonga, continuo mi camino  hacia la localidad de Guardo y a lo lejos distingo una  gran columna de humo que resulto ser de la central termoeléctrica de Velilla del Río Carrion.

   Alcanzo Guardo donde tras comer  de verdad y de caliente por primera vez en muchos días de marcha, descanso para proseguir y llegar a Velilla donde me refresco en las aguas cristalinas del rió Carrion.  Reanudo la marcha por la montaña palentina, dejando atrás el puerto de las Portillas  para entrar  en los Picos de Europa por la provincia de León.

   Paro y hago noche en la ermita de Besande a orillas del río Grande.  Paseando por las  calles  de este tranquilo pueblo de origen pastoril  y ligado  en su historia más reciente a la  extracción del carbón, contemplo los primeros hórreos de estilo Leones.

 Antes de iniciar la marcha lleno mis botellas  de agua en una de las fuentes de Besande para seguir  y  alcanzar  de buena mañana el alto del puerto de montaña de los Picones y  así disfrutar de unas magnificas vistas. Desde este punto sientes la emoción; que larga y ancha es ESPAÑA, que diversidad de paisajes, que agradable es andar entre estas montañas y valles.

   Continuo avanzando hasta llegar a  Boca de Huérgano, localidad esta cabeza de partido de la comarca «Tierra de la Reina»,  más hórreos, buen pan, queso y aquí como un buen plato de cecina leonesa ,  estoy a las puertas de  Riaño.

    Saliendo de Boca de Huérgano y mientras camino cuesta arriba, miro hacia atrás y me parece mentira estar donde estoy. Mientras contemplo el bello entorno de Riaño paso a paso me acerco más a mi destino.  En lo alto  y con amenaza de lluvia paro un momento para disfrutar de las  vistas que ofrece esta localidad.

   Con riesgo todavía de lluvia decido avanzar, dejo atrás  el pantano de Riaño para llegar al cruce que nos indica a Oviedo por el puerto de Tarna y a Cangas de Onís por el Puerto de el Pontón.  Tomo el camino  hacia el Pontón sin tener claro donde iba  hacer noche y como en tantas otras ocasiones  ocurridas en este viaje, cuando se me cierra una puerta se abre otra, a poca distancia del cruce encuentro a mi paso el pueblo de Vegacerneja, se me hizo la luz.

   Tras pasar una buena noche en Vegacerneja, a primera hora de la mañana bebo y lleno mis botellas en la fuente que hay a la salida del pueblo para seguir dirección hacia Oseja de Sajambre.  El verde me rodea, la flores con sus colores son como pinceladas en un manto y el aire me trae aromas, son olores que al entrar por mi nariz me hacen sentir  más cerca la naturaleza,  continuo por valles con riachuelos de  aguas cristalinas donde se aprecian siluetas y sombras de peces, tienes la impresión de que  las vacas  te observan de reojo, las aves te sobrevuelan y  algunos animales se alejan al verte, todo forma  parte del encanto natural de estos parajes.  No lo puedo evitar, los sentimientos  afloran y durante unos kilómetros me  emociono, ¿sera la edad?.

   Paso por delante de la Ermita del Pontón y una vez en lo alto me vuelvo a sorprender con las vistas.  Me preparo para la bajada aunque siempre he preferido las subidas, el bajar cuesta abajo y con una mochila bien cargada es más sufrido,  debo prestar  mucha atención a los pocos vehículos que encuentro en mi camino.

   En mi bajada hallo la fuente del infierno, lugar en donde nacen las primera aguas del rió sella, bebo y continuo para cruzarme mas abajo con ciclistas e intercambiamos saludos.  Sigo bajando hasta alcanzar Oseja de Sajambre,  paro y me como con su aroma peculiar de ahumado un plato de chorizo leones  picante, ante mi  esta la Pica Ten.

   Prosigo la bajada hacia el Desfiladero de los Beyos, todavía en León, dejo a mi izquierda el pueblo de Ribota  para entrar acompañado por el rió Sella en el desfiladero. En este tramo de curvas debo extremar  al máximo las precauciones por la estrechez de la carretera,  además de existir peligro por desprendimientos de rocas.

   En los ultimo kilómetros de este viaje tengo como compañero y guía el rió sella, primero su presencia es silenciosa y calmada, luego es murmullo  y llega un momento en su etapa más salvaje que su eco llega a ser atronador. En ocasiones el Sella desaparece  en  algunos puntos del desfiladero de los Beyos al ocultarse  entre las entrañas de las rocas y no  ser capaz de acercarme los suficiente  para verlo.

   Y es a orillas del rió sella en la localidad asturiana de Ceneya donde paso mi ultima noche antes de llegar al concejo de  Cangas de Onís. Mientras hago tiempo antes de cenar, te sientes afortunado de haber encontrado buena gente a lo largo de este camino,  personas mejores que uno mismo y que te sorprenden. Afortunado también porque aunque ha habido momentos de frió, calor, lluvia y humedad, el tiempo me ha acompañado y ha sido benévolo sobre todo en el Parque Nacional de los  Picos de Europa.

   Ha sido un viaje a pie realizado a marchas forzadas  por autovías, carreteras, caminos,  sendas, tramos de la Ruta de Don Quijote en tierras manchegas y  campo a través, que comenzó el día 2 de mayo y que termino el 27 de mayo. En estos 26 días he dormido a la intemperie, en un cortijo, estaciones de servicio, en un polideportivo, W.C,  parques, en terrazas de distintos locales,  en un albergue para peregrinos del camino de santiago, un cajero automático,  en una ermita, en las puertas de un ayuntamiento,  en un muelle de carga de mercancías , en una parada de autobuses e incluso en la caja de un camión  en mi ultima noche.

  Un viaje  que te  hace retornar a la niñez, a una etapa escolar donde en clase de geografía dábamos los ríos como  el Adaja que pasa por Ávila, el Pisuerga  es afluente del Duero y  pasa por Valladolid,  ríos también con los que te cruzas en tu camino como el Alberche, Carrion   Duero, Eresma, Esla, Esgueva, Guadalbullón, Gueña y tantos otros.

   Recuerdos de como el profesor en una mapa físico de España te explicaba las estribaciones de nuestra Península Ibérica, la Cordillera Bética,  Sierra Morena, el Sistema Central, la Cordillera Cantábrica etc.

   También  aprendes cosas nuevas  y ves o pasas por localidades con nombres tan curiosos como los de Guarromán en Jaén,  Matapiojos de León y Retuerto en Asturias.

   Y como no, es un viaje lleno de testimonios de  nuestra gran  y rica historia ,  asentamientos  iberos y celtas,  villas romanas y visigodas,  fortalezas y castillos de musulmanes y cristianos,  el Al-Ándalus, la reconquista  y la guerra de la independencia española.

    Dejo Ceneya  población perteneciente al concejo de Amieva para continuar por la N-625 , paso por las localidades  de Cien, Vega de Cien, Precendi, Santillan, La Vega de Pervis, Corigos, Miyares, cruzo el rió Dobra para entrar por Tornín en el concejo de  Cangas de Onís.   A mi izquierda continua  conmigo el rió sella,  me aseo en sus aguas y me cambio de ropa, aprovecho para comerme un  panecillo  relleno que  llaman preñao y que compre en la panadería de Santillan. Por cierto esta buenísimo.

   Continuo y   veo una estación de desove de salmones, que riqueza natural hay en estos parajes,  dejo atrás Caño, para entrar un domingo  27  de mayo  en la antigua corte del Reino de Asturias  y donde confluyen los ríos Sella y Gueña,  Cangas de Onís.  Es día de mercado, su plaza y calles de los alrededores son un ir y venir de gentes.  Me comentan que el día anterior se disputo la XXV Media Maratón «RUTA DE LA RECONQUISTA». Me tomo una sidra y me dirijo al famoso puente romano que en realidad es una construcción del medievo.

   Mientras observo esta maravillosa  obra,  me planteo si hacer un alto  y tomarme, digamos el día libre o continuar,  pero no, decido seguir para poder volver cuanto antes con los míos. Visito la oficina de información que esta cerca del puente «romano», donde amablemente me informan e indican de un itinerario  o Camín de Covadonga.  Pero antes de continuar debo comer y como no,  estando donde estoy me pido una fabada asturiana o fabes  calientes que son fuente de energía.

   Inicio  el ascenso  al Santuario de Covadonga por el río Gueña,  entro por las localidades de Celorio, Soto de Canga, para empalmar con la AS-262.  Sigo subiendo y calmo mi sed en la fuente que hay junto el puente medieval de La Riera y por el cual pasa el río Reinazo o  Covadonga. Desde lo alto y en esas aguas tan claras veo lo que parece ser una anguila, le pregunto a un joven pescador que tiene una gran caña y me confirma que si,  hay anguilas en estas latitudes.

   Sigo subiendo hasta que diviso el santuario en los aledaños del  Monte Auseva, continuo subiendo  entre curvas para  llegar a mi destino Covadonga. Paso por delante de la Fuente del Matrimonio y subo por la Escalera de las Promesas y aunque no soy practicante presento mis respetos a la patrona de Asturias, la virgen María conocida popularmente como La Santina.  En la cueva se encuentra la tumba de Don Pelayo símbolo de la reconquista y  saliendo por el túnel al exterior nos  dirigimos a la explanada de la Basílica para encontrarnos  con el monumento o  estatua del  primer rey de Asturias, D. Pelayo.

    Estaba contento y  satisfecho pero a la vez tranquilo,  acababa de alcanzar un sueño, un proyecto imaginario que se hacia realidad. En ese momento me doy cuenta que  la emoción o  mejor dicho las emociones que he sentido no han sido al final del camino sino durante el mismo . La emoción la he vivido en esos buenos y malos momentos que se experimentan en el día a día,  con la belleza de los paisajes, con la grandeza de nuestra tierra,  en esos recuerdos que afloran en tu soledad, con esa llamada de teléfono de un familiar que de buena mañana que  te pregunta si pasa algo al no tener claro del  porque inicias solo un camino que no es muy  normal, te emocionas cuando piensas en aquellos que no están y no tuvieron la oportunidad de luchar en esta vida, cuando sientes el calor humano  que te ofrecen unos  desconocidos,  todo ello y más se vive en el camino.

   Y sobre todo agradecido, muy agradecido a esas personas anónimas que me atendieron con palabras o acciones  en ese caminar constante. Agradecido a esos españoles y no españoles que ofrecieron su mano a un extraño.

 Agradecido a los distintos restaurantes-bares y áreas de servicio (Gasolineras) que me permitieron dormir, ducharme, asearme, lavar ropa y cargar el móvil,  así mismo a los  centros deportivos de Bailen, Las Carolinas, Valdepeñas, Almorox, Estadio Municipal de fútbol  Adolfo Suarez (Ávila),  Olmedo (Valladolid) y Palencia.

    También a los distintos centros de salud que me atendieron sin trabas; Bailen,  Hospital de Valdepeñas, San Martín de Valdeiglesias (Madrid), Carrion de los Condes,  a esa Guardia Civil de los distintos puestos  y patrullas a los que  solicite voluntariamente que me identificaran; PegalajarBailen, Manzanares/ValdepeñasToledo, Martín Muñoz de las Posadas (Segovia), Palencia, Guardo y muy agradecido   a la pareja de la Guardia Civil que me atendió a mi llegada a Cangas de Onís. Así como  a la policía local de Almuradiel (Ciudad Real) y la Carolina (Jaén).

«Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar.»  

Antonio Machado.