Entre racismo y supervivencia

21 febrero, 2009 at 13:14

Racismo, palabra de significado polémico que siempre ha existido, no solo en cuestiones de pureza racial o sobre el color de la piel, tal como ha quedado marcado, sino en una diversidad de maneras que en mayor o menor medida han destacado con sus matices al surgir desde dentro de la propia familia, colegio, lugar de trabajo y como no en la calle.

Algunos aspectos son profundos, otros insignificantes, pero todos son latentes en la sociedad en que vivimos.

Este sentimiento, llega a ser tan corriente entre nosotros, que no lo percibimos como tal al estar en gran parte envuelto en situaciones cotidianas de toda la vida.

Las diferencias de entre los pueblos o simplemente entre personas se derivan en gran parte a un contenido puramente racista. Es decir, marginar, discriminar y despreciar;  son injusticias sociales, que junto a lo que acarrea el EGOISMO INDIVIDUAL, forman parte de él y de la condición humana.

Nuestra SOCIEDAD NACIONAL esta acumulando muchos problemas sociales, además de soportar las cargas y esfuerzos sociales que permitan mantener una frágil estabilidad socio-económica. Si a esto sumamos el gran descontrol de la inmigración procedente de América del Sur, Europa del este y de África, ocurre que nos encontramos ante un nuevo problema que agrava nuestra situación social.

Todo esta relacionado a la hora de encontrar ese difícil equilibrio, por ello el descontrol demográfico de la inmigración ilegal, puede suponer un obstáculo, no solo a la convivencia, sino también a la supervivencia. Limitando de esta manera nuestras OPCIONES DE DESTINO.

Cuando una nación se permite la necesidad de ofrecer trabajo, a individuos de otras nacionalidades o mantener una población inactiva NO DE ORIGEN NATURAL, supone un indicio de esplendor que demuestra la existencia de una sociedad donde el ciudadano goza de unas condiciones de vida alta calidad.

Tiempo atrás, naciones europeas con muestras de gran riqueza, abrieron sus puerta a inmigrantes extranjeros, ofreciéndoles un puesto de trabajo, y una oportunidad en la nueva sociedad.

Hoy por hoy, esas mismas naciones han visto como se ha debilitado su economía, y sus sociedades han tenido que cerrar o exigir más en la vía de entrada de nuevos trabajadores extranjeros. No por cuestiones racistas, sino debido a una condición tan elemental como la supervivencia. Aquí surge el hecho de una demostración instintiva en la que surge una necesidad de conservación.